y como son niños jamás se respetan
cuando los demonios enseñan la cara
en un matrimonio los dos se separan,
al pequeño que pregunta:
-calla niño y no te metas.
Y por los despachos un niño olvidao,
da lo mismo lo que piensa, lo que diga,
lo que sienta ni al derecho ni al revés.
Tan sólo son dos mayores
que escuchan dentro de un cuarto
la manera y el reparto
que del niño diga un juez,
y muchas veces la locura de una madre
que por venganza mete al niño en su prisión,
y por más gente y muchos perros que le ladren
lo arrebata de su padre que por eso lo parió.
Los inocentes que pagan nuestras penas y locuras
y los que pagan las amarguras de nuestro dolor.
Niños que manipulamos
como si fueran juguetes,
pidiendo que se respeten
pero nunca respetamos.
Maldita vida comprada
y asesina del cariño.
Un respeto por los niños
que no hay cosa mas sagrada,
que ellos no tienen la culpa, no tienen la culpa de nada.